domingo, 4 de noviembre de 2018

El arte resiste con la Feria del Millón


Hace una semana se presentó la sexta edición de la Feria del Millón, el evento que cada año abre sus puertas a los artistas emergentes, para que estos puedan exponer y vender su trabajo alrededor de un millón de pesos colombianos.

Esta feria junto con otros espacios como Barcú o Artbo, cobra vida quizás dentro de la semana más activa para el arte en el país. Una semana que reúne un gran público entre aficionados, especialistas, artistas, críticos, medios y más, que siempre ponen en debate la concepción del arte. Donde para unos, se impulsa nuevos talentos y creatividades al reconocimiento y admiración, mientras para otros, se promueve un arte vago en sentido y sensibilidad.

Vaya tarea tratar de unificar la crítica a estos espacios, cuando se sabe que el arte no hace más que flotar por ríos de subjetividad. Y yo, que no sé nadar, en puro plan suicida me quise lanzar a esa corriente con una opinión acerca de las intervenciones presentadas en la Feria del Millón.

Esperaba encontrarme con obras que solo la alta cultura es capaz de alabar, como esa bolsa plástica llena de agua sobre un pedestal que fascinó a muchos alguna vez en ARTBO (perdón, pero tenía que referenciarlo porque sentí que la platica de esa boleta se perdió) O como aquellas gafas abandonadas por alguien en el piso del Museo de Arte Moderno de San Francisco que pasaron por obra de arte ante los ojos de varios visitantes, que maravillados con gran muestra artística, fotografiaban unas simples gafas. (jajajaja, es cierto este tipo de cosas suceden, sino miren la noticia aquí).

Pero bueno, esta vez la burla no aplicó para la FDM, o al menos no para mí, presencié una buena selección de obras que oscilaban entre luces y sonidos, serigrafías, madera, sal, pelo humano, muralismo, fotografías, papel apilado, pintura y dibujos con acuarelas, oleos, acrílicos, lápiz, tinta china y más formatos y técnicas que no recuerdo, no porque fuesen malas, sino que de verdad eran muchas y tengo problemas como de memoria.

Sin embargo, no todas las exposiciones fueron perfectas, en lo personal sentí que a algunas eran vacías en un mensaje más social. Y es que precisamente eso es lo que yo busco con el arte, crear una conexión entre el formato, su estética y su funcionalidad quizá no material, pero sí simbólica.

El arte si bien es egocentrista porque es el talento o trabajo de un creador, no le discuto eso al arte o ¿qué persona no se siente orgullosa de materializar sus ideas? Hasta ahí todo bien.  Lo que sí le discuto es la posible carencia de comunicación ya sea para construir o destruir. Creo que el arte debe hacerte pensar, reflexionar, cuestionar y de ahí en adelante todos los verbos que pongan las neuronas y el corazón a trabajar.

No sé si aplique para ustedes, pero para mi sí “Si no mueve fibras no es arte", así de sencillo. Por eso quiero destacar algunas obras, que son muy detallistas desde una forma muy análoga y casi que artesanal, que representan mucha más dedicación, disciplina y experimentación como estos trabajos hechos a pura mano, sin intervención digital o al menos no en su resultado.


Edward Rico
Obra hecha con sal, su capacidad de desvanecerse referencia los elefantes blancos de nuestra amada patria. En este caso, el edificio 303 de Arquitectura de la Nacho. El edifico como la sal se desvaneció por falta de recursos para su reparación arquitectónica, y hoy ya no existe.

Rodrigo Spinel
Trabajo a puro micropunta y rapidógrafo (La magia de no duplicar vectores o capas)

Diego Rueda

Paola Ferreira

La acuarela y el acrílico puede pasar por impreso cuando es bien trabajada. (La vieja escuela se mantiene)
  
                                                                      Laura Castro

Un culto a lo popular, al barrio, que no se niegue las raíces y se resalte desde la memoria. Acrílico sobre madera.

                        

Minas de portaminas o basura de tajalápiz son elementos incorporados a las pinturas en acrílico, que rinden homenaje a oficios varios y populares que muchas veces son invisibilizados o estigmatizados por la sociedad.

Y no es que desmerite el trabajo digital, hay gente muy creativa que lograr crear nuevas propuestas y conceptos, a lo que más le presto atención en estas intervenciones con procesos digitales, es su mensaje, tiene que tener un adicional comunicativo, de lo contrario, siento que la atención se puede perder. (claro para mi, recuerden que es mi opinión) Por ejemplo, rescato el trabajo de Monkey TheHuman, ya conocía su trabajo antes de la FDM, y fue sorpresa encontrarlo allí, porque sus gifs tocan varios problemas sociales como el narcotráfico, el conflicto armado, la abstención política, el medio ambiente y más. Aunque en esta oportunidad lo encontré con pinturas y este fue el resultado.



Por un lado, destaco la participación de Voltaje, una iniciativa cultural que a través de instalaciones sensoriales con luces, vibraciones y sonidos le apuesta al arte y la tecnología.





No queda más por decir que hay que seguir apoyando estos espacios que ofrecen oportunidad de mantener el arte vivo, ese arte que te hace sentir vivo a través de sus diferentes lenguajes y manifestaciones. En mi caso, apoyo la FDM y sus expositores con esta humilde opinión o ¿crítica? porque aún el dinero no me alcanza como para invertir en alguna de las obras que me fascinaron, pero prometo que algún día estaré podrida en dinero y compraré en la Feria todo lo que más pueda, así que rueguen para que pueda ganar el Baloto, quizá le regale una obra a usted que está leyendo esto.

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